Crónicas Necias #27

Ya lo dije en otras crónicas.  La mitad de mi adolescencia y de mi adultez las viví a punta de mentiras que le decía a mi mamá. Era la única forma de poder hacer cosas. Pero en esta que voy a contar, también le mentí a la empresa donde trabajaba (así es como en este momento me doy cuenta que soy una mentirosa por puro placer).  En fin.  Trabajé por muchos años en una empresa farmacéutica que de vez en cuando me enviaba a algún estado a relevar sus tiendas, y descubrí que si guardabas varias facturas de taxi y decías que te ibas en avión cuando en realidad te ibas en bus, esos viáticos se convertían en un regalo de dios. Mi mejor amiga del trabajo era mi jefa, y consiguió que nos enviaran juntas a Puerto La Cruz. Así que el plan estaba hecho: nos habían enviado por 5 días de los cuales íbamos a trabajar dos intensamente y así teníamos el resto libre para irnos a Margarita esos dos días – más el fin de semana -, patrocinados por la empresa. Compramos pasaje en ferry y cuando llegamos, ya había arrancado, quedando solamente el ferry de 5 [...]